Qué es el dolor oncológico

El dolor oncológico se refiere a los dolores que pueden padecer los pacientes oncológicos, ya sea debido a la progresión de la propia enfermedad, provocado por un tumor y sus posibles metástasis. También puede provenir por los tratamientos y patologías asociadas.

Es un síntoma de lo más frecuente en este tipo de pacientes. Aproximadamente entre el 30 y el 50% de los pacientes oncológicos experimentan dolor, y en ciertas fases de la enfermedad este porcentaje puede llegar a entre un 70-80% de las personas con cáncer en estado avanzado.

Causas

Las causas tras el dolor oncológico

Existen varias causas que provocan la aparición del dolor oncológico, siempre dependiendo del tipo de cáncer o tumor que sufra el paciente:

Dolor por invasión tumoral

El dolor por el continuo crecimiento del tumor es la causa más frecuente entre estos pacientes. En este tipo de pacientes la causa del dolor oncológico es debida a la invasión tumoral. Cerca de un 70% de los dolores tiene su origen en la invasión de las estructuras óseas, elementos nerviosos o vasculares, o por la infiltración de las vísceras por el tumor.

Dolor oncológico derivado de los tratamientos

Otro de los dolores son los derivados de los distintos tratamientos contra el cáncer: tras someterse a la quimioterapia, radioterapia u operación quirúrgica. En estos casos alrededor del 20% del dolor se relaciona con procedimientos diagnósticos y terapéuticos o con sus efectos secundarios.

Dolor oncológico por neoplasia

También puede darse el dolor oncológico por síndromes inducidos por la neoplasia. Es una complicación poco frecuente en pacientes con cáncer. Se trata de una reacción del sistema inmunológico en fases incipientes de cáncer, que ataca erróneamente al sistema nervioso al detectar células tumorales, provocando síntomas neurológicos variados y en ocasiones invalidantes.

Otras causas no directamente oncológicas causantes de dolor

Es posible sufrir dolor durante la enfermedad oncológica por causas ajenas al cáncer, pero que contribuye al malestar del paciente, como cuando concurre artrosis, osteoporosis o cardiopatía isquémica.

Podemos concluir que el 70% de los dolores en pacientes con un cáncer en estado avanzado proceden del avance mismo de la enfermedad, mientras que el otro 30% está ligado a los tratamientos mismos contra el cáncer u otras causas.

Además, este tipo de dolor puede estar desencadenado por causas inflamatorias que pueden provocar un dolor somático (caracterizado por estar muy localizado y por la destrucción de los mismos tejidos del organismo), un dolor neuropático (debido a los cambios en los tejidos nerviosos propios del avance del propio tumor o tras la aparición de la metástasis) o un dolor visceral, siendo éste el más difuso y difícil de localizar.

Tipos de dolor oncológico según su durabilidad

En función de la durabilidad de este dolor también podríamos estar hablando de dos grandes ramas:

  • Dolor agudo: todo aquel que se mantiene por un corto período de tiempo, inferior a seis meses y que normalmente aparece de manera repetida en el paciente.
  • Dolor crónico: al contrario que el agudo, puesto que este dolor va mostrándose de forma lenta y se alarga en el tiempo.

El tratamiento del dolor oncológico es uno de los más complejos y por eso, en ocasiones, es necesaria una valoración multidisciplinar para su manejo.

Existe también el dolor oncológico llamado dolor irruptivo.

El dolor irruptivo es una exacerbación súbita e intensa en pacientes con cáncer que sufren un dolor crónico controlado.

Cómo evaluar el dolor oncológico

Antes de iniciar el tratamiento del dolor oncológico es necesario valorar cada caso de forma personal para observar los mecanismos fisiológicos del paciente y otros factores que pudieran afectar o incrementar el dolor. Algunos aspectos a tener en cuenta para esa valoración son:

  • La intensidad del dolor es compleja, pero existen diversas escalas para tratar de medirla.
  • Es necesario poder aclarar el tipo de dolor que siente el paciente y diferenciarlo entre los dolores somáticos, viscerales o neuropáticos, ya que dependiendo de eso, el tratamiento variará.
  • El modo de aparecer el dolor es importante, porque suele crear un patrón de actividad, pudiendo observarse así cuándo comienza el dolor, cuánto suele durarle al paciente y de qué manera le afecta.
  • Hay algunos factores externos a la enfermedad que pueden repercutir negativamente en el estado del paciente como la temperatura. La humedad o algún movimiento. Y otros que podrían afectar de manera positiva como el descanso o las mismas características atmosféricas.
  • Los síntomas derivados del dolor oncológico como son los vómitos, las náuseas o problemas en el sistema digestivo hay que tenerlos presentes.
  • Las repercusiones de este dolor en la vida del paciente son convenientes de tener en cuenta puesto que algunas pueden limitar su vida diaria y afectarle en las relaciones sociales provocando una variación en su estado de ánimo.
  • Es necesario un chequeo médico para analizar las respuestas del paciente al dolor que pueda estar sintiendo.

El dolor oncológico, uno de los tratamientos del  ZAP-X

Una de las muchas aplicaciones que tiene hoy en día esta tecnología es la enfocada en tratar el dolor oncológico de los pacientes que llegan al centro.

Producir alivio para aquellos que no tienen muchas opciones de ser tratados, es algo en lo que se ha querido incidir: el hecho de ofrecer otras soluciones a las comunes que ya existían en el mercado, como el uso de medicinas encaminadas a calmar el dolor.

El hecho de utilizar este sistema indoloro, ambulatorio y que tan sólo dura unos minutos, abre una puerta inmensa de avances para el dolor oncológico, sobre todo para ofrecer soluciones de irradiación de manera no invasiva que eviten las intervenciones de los pacientes con sus respectivas complicaciones.

Dar una alternativa a estos pacientes es por lo que la Radiocirugía ha entrado en juego, orientada a marcar la diferencia e ir evolucionando para dar la mejor respuesta a todos aquellos que la necesiten.

El tratamiento del dolor oncológico es uno de los procesos que resultan más punteros en el ámbito de la Radiocirugía debido al ZAP-X, principalmente orientado a ayudar con el dolor basal, el irruptivo, neuropático o el dolor refractario, que es aquel que se trate de la manera que se trate va a continuar.